miércoles, 14 de marzo de 2012

Amantes de ocasión

Me gusta el silencio de tu cuerpo sobre el mío
Sólo así puedo huir de mi pasado, viajar hacia él y volver antes de que abras los ojos.
Mis dedos azules te desnudan buscando hallar tu alma
Ese pedazo tuyo que desconozco
Más equivocan el destino entre tus manos.
Si jugar al amor es cosa de niños
Por qué seguimos pretendiendo ser adultos.
Si te amo con más presente que este
Si te espero con más futuro que mi piel descansando sobre ti.
Por qué sigo buscando vida en tus ojos, un porque para seguir.
Podría pasar una noche enredada en ti
Más te negaría un futuro pegado a mis pasos
Descarto la posibilidad de un mañana entre tus brazos
Y huiré antes de que te percates de que anduve por aquí.
El silencio es la constante de tu andar por mi vida
Ese instante donde las palabras sobran, donde las manos hablan
Ese momento tuyo y mío, que nos tiene aquí varados ante la nada
Expectantes al futuro, temerosos del sentimiento ajeno
Distante, doloroso, casi ausente como el decir que eres mío.
Y soy tuya.

lunes, 9 de enero de 2012

toc toc

Tengo un corazón envejecido
Y los sueños empobrecidos
El alma hecha añicos
Y la vida para arreglarlo.
Hice un trato con quien no debía
Conocí el amor en la piel equivocada
Y hoy la factura llama a la puerta.

De día

Tú, siempre tú
Lo recuerdo como si fuese ayer, el temblor de mi cuerpo, la perfección de tu torso, el miedo en mis entrañas, y tú sujetando mis prejuicios, cubriendo con algo parecido al amor los fantasmas de mi pasado. Lo recuerdo y lo vivo, lo miro y pienso en ti, hacer el amor de día, esa costumbre tan tuya de desnudar mi piel a contraluz, esa manía tuya de observarme, buscabas algo en mi piel, en mis pliegues, trazabas un mapa con mis lunares, a dónde nos lleva esa ruta, a dónde desemboca el río dibujado en mi espalda. Lo miro y fijo la mirada al techo, dónde estás, me has olvidado, aún haces el amor de día, trazas mapas e historias en otra piel, sigues en la parada de autobuses esperando por mí. Porque yo aquí en esta habitación cualquiera, con este hombre que dice conocerme y amarme bien, puedo sentir tus pasos sobre mí. Lo recuerdo, los latidos saliendo de tu pecho, tus ojos desorbitados, las marcas de los excesos en tu piel, y mis manos ansiosas ante la novedad. Sigues contando historias de tu infancia, el dolor de tu adolescencia, dime tienes un cómplice ahora. Te recuerdo sujetándome por la espalda susurrando a mi oído frases cortas cargadas de nosotros, puede verte caminando hacia mí con las manos empuñadas pero con los ojos humedecidos de amor, he olvidado el final, pero no se me escapa el sabor de tu amor sobre mí, la caída de tu orgullo en mi cuerpo, hoy en esta habitación tan lejos de ti y de nosotros, tan apartada de mí, viajas a mi memoria.